Maldita sea, ¿qué esta pasando con nuestra sociedad?

lunes, 12 de marzo de 2007

Suiza

En esta entrada quiero motivar una reflexión sobre la política Suiza durante la Segunda Guerra Mundial.

NEUTRALIDAD ARMADA
Suiza se mantuvo como un país neutral, se le llamó neutralidad armada. Consciente de la situación, este país, que contaba con munición como para aguantar aproximadamente 3 días de guerra, había puesto dinamita en todos los puentes túneles y carreteras de acceso a Italia y Francia antes de comenzar la guerra, de tal manera de que si los nazis invadían el país lo tuvieran lo más complicado posible para avanzar. Se refugiaron no menos de 200.000 personas, de ellas unos 20.000 judíos. Se convirtió también en un refugio de centenas de pilotos aliados derribados.

Si era invadida por los alemanes, Suiza no podría preservar su independencia y lo único que podía hacerse, para evitar el mayor daño posible, era estar informada con suficiente tiempo de las intenciones alemanas. El General Guisan encargó a su servicio secreto que reuniera el mayor número posible de informes sobre los planes militares alemanes. Parece ser que esa reunión fue muy provechosa y que en todos los casos en que el General Guisan creyó conveniente ayudar a los enemigos de Hitler, dejó filtrar todos o parte de los informes conseguidos hacia los servicios aliados y sus representantes en Suiza.

Las emisoras de radio suizas con sus programas semanales dirigidas por Jean-Rodolphe von Salis en alemán y por René Payot en francés, se escuchaban en muchas partes de la Europa ocupada, donde tuvieron un impacto psicológico significante. La mayoría de los periódicos, incluyendo los de lengua alemana, simpatizaban abiertamente con los Aliados. Muchas iglesias y otros grupos sociales tomaron una parte activa en la acogida de gente refugiada.

Uno de los más conocidos es Paul Grüninger, que era jefe de la policía cantonal de San Gall durante la guerra, y que con su acto de insubordinación, contradiciendo ordenes superiores, dejó entrar en Suiza a 3.000 refugiados judíos. A consecuencia de su desobediencia, fue despedido y no fue rehabilitado hasta 1995 (demasiado tarde porque había ya muerto mucho antes).

Gerhart Riegner, un judío alemán que se había refugiado en Suiza en 1933, fue uno de los primeros en prevenir el mundo de los planes nazis respecto a la exterminación de la raza judía. En la población había muy pocos que apoyaban el nazismo. En 1939, el partido más grande de la extrema derecha, el Frente Nacional, sólo contaba con 2.300 militantes. El año siguiente fue prohibido.

RODEADOS Y BAJO FUEGO ALIADO
A partir de 1943 Suiza estaba completamente rodeada por el imperio nazi, y a partir de estos años, fue curiosamente bombardeada, no por los nazis, sino por la aviación de EEUU primeramente de forma poco significativa pero más tarde, en 1944 la ciudad de Schaffhausen resultó seriamente dañada. Esta incursión causo más de 100 muertos y heridos.

En consecuencia a estos ataques, el gobierno suizo advirtió a los aliados de que cualquier avión en solitario dentro de sus fronteras sería advertido con bengalas verdes y al aproximarse los aviones interceptores suizos, debían bajar el tren de aterrizaje inmediatamente y dirigirse al aeropuerto que le fuera indicado. Y otra advertencia clara: cuando se tratara de más de un avión en formación, podrían ser atacados sin previo aviso.

Washington se vio forzado a solicitar a Suiza un balance de los daños personales y a la propiedad causados por el bombardeo. El Secretario de Estado Dull le envió al embajador Harrison la suma de 1 millón de dólares para que fueran puestos a disposición del gobierno suizo con la garantía de que se transferirían fondos adicionales si se verificaba que los daños excedían esa suma. En Octubre, se transfirieron otros 3 millones de dólares.

¿EJE O ALIADOS?
Los problemas no disminuyeron porque los aviones aliados seguían violando el espacio aéreo suizo produciendo ataques por parte de Suiza. Uno de estos ataques ocurrió a comienzos de marzo de 1944 cuando un bombardero fue derribado y otro forzado a aterrizar en Dübendorf. Washington protestó diciendo que el bombardero derribado por los cohetes suizos había bajado el tren de aterrizaje y había respondido con bengalas. Pero el 01 de Junio, el Secretario Dull admitió que las bombas que cayeron sobre Samedan el 01 de octubre de 1943, eran bombas americanas. La compensación fue 56.515 dólares.

El 11 de julio 8 bombarderos cuyo blanco era Munich fueron forzados a aterrizar por los cazas suizos. Al día siguiente doce más fueron también forzados a aterrizar y otros cinco el día 13. El día 19 un bombardero cuya tripulación había saltado se estrelló contra el Castillo de Weyden, residencia del Presidente de la Cruz Roja Internacional. En días sucesivos se bombardearon puentes y represas suizas.

Desde el primer momento Suiza no le negó a Alemania el transporte ferroviario con Italia, tampoco lo hizo con Francia, además supo beneficiarse economicamente de ello. Este seguramente fue el motivo nunca reconocido de muchos de los ataques dentro de las fronteras suizas.

¿PERO QUIÉN ES NUESTRO ENEMIGO?
Las misiones de bombardeo a las líneas ferroviarias entre Alemania y Suiza se intensificaron y muchas bombas continuaron cayendo en territorio Suizo. Hubo acusaciones de que pilotos alemanes usaban aviones americanos capturados para bombardear las instalaciones ferroviarias en Suiza (extraño puesto que les beneficiaba). El 25 de diciembre de 1944 fue bombardeada Thayngen, pero los pilotos declararon, que pensaron que bombardeaban el puente de Singen en Alemania.

Los bombardeos a otras plantas de energía en la frontera con Italia continuaron pese a que el gobierno Suizo había advertido que esas hidroeléctricas no suministraban energía a Italia. En enero y febrero, fueron bombardeadas Brúsio y Chiasso en especial los días 11 y 27.

¿EN QUÉ QUEDAMOS?
Mientras tanto el tráfico ferroviario continuaba. En enero de 1945 se transportaron materiales textiles, 7 mil toneladas ropa y alimentos preparados a Alemania. Hacia Italia se transportaron, químicos, hierro y 53 mil toneladas de carbón. Pero en esos momentos la política de los Aliados cambió pues consideraban que Suiza era importante para la reconstrucción de Europa en la posguerra. Se depusieron las posiciones de principios y se toleró el comercio suizo hacia sus vecinos, para poder lograr los fines perseguidos por los Aliados.

EEUU mandó una delegacíon para rendir un homenaje a los muertos en Schaffhausen, pero el 22 de febrero un día antes de la llegada de la delegación, un ataque aéreo dejó 7 muertos y 16 heridos en Taegerwilen y Stein-am-Rhein, 8 murieron en Rafz y 1 en Vals. 13 ataques en total, el peor a tan sólo 19 Km de Schaffhausen. Nuevamente el clima fue excelente, lo mismo que la visibilidad y la respuesta diplomática de Estados Unidos fue la misma, se pagarían reparaciones si se comprobaba la responsabilidad de los pilotos americanos.

Esta vez, intervino el General Marshall demandándole a Eisenhower que hiciera lo posible para evitar tantos "accidentes". Eisenhower ordenó que no se realizaran misiones de bombardeo por instrumentos a menos de 80 Km y visuales a menos de 16kms. Cuatro días después, como resultado de fallas en el equipo, mal tiempo sobre Francia y niebla sobre Suiza, 12,5 toneladas de bombas de alto explosivo y 12 toneladas de incendiarias cayeron sobre la ciudad de Zurich, mientras que otras escuadrillas descargaron 15,5 toneladas de altos explosivos y 5 toneladas de incendiarias sobre Basilea. (Esto es increíble)

Marshall explotó también, ordenándole a Eisenhower que enviara al Comandante General de las Fuerzas Aéreas Estratégicas, General Spatz, a Suiza. Con la misión de disculparse por los accidentes. El único argumento que pudo esgrimir Spatz para mitigar la ira de los suizos fue ampliar el límite para las misiones a 240 Km de la frontera.

Eventualmente la guerra llegó a su fin y los casos menores ocurridos durante los últimos meses fueron archivados. El 21 de octubre de 1949 el departamento de Estado y el Gobierno Suizo acordaron una indemnización final de 14.392.692,82 de dólares que se sumaron a los 4 millones ya pagados, por daños y perjuicios causados durante la guerra. Sin embargo, el gobierno suizo exigió mayores investigaciones en los casos más relevantes para deslindar responsabilidades y que los culpables fueran castigados. En especial los suizos no admitían como error los bombardeos de Basilea y Zurich.

El piloto y el bombardero que guiaron las escuadrillas del bombardeo en Zurich fueron encontrados culpables por negligencia, pero se les exculpó de cualquier intención criminal.

REPROCHES A SUIZA: INFORME BERGIER
“Muchos industriales suizos desarrollaron durante el nazismo buenas relaciones con Alemania, con lo que colaboraron al despegue de la economía de ese país y, de esa manera, sostuvieron al régimen nazi”, destacan las investigaciones del grupo de historiadores e investigadores que en 2001 hicieron un informe independiente acerca del apoyo de Suiza al régimen nazi. Para algunos dirigentes de empresas suizas no constituyó una preocupación el hecho de emplear trabajadores forzados en sus filiales alemanas. Esas empresas se plegaron a la política racista de los nazis reemplazando a sus dirigentes judíos por ‘arios’.

El tránsito ferroviario a través de Suiza constituye otro servicio prestado a las naciones del Eje. Alemania pudo de esa manera entregar grandes cantidades de carbón a Italia, sin excluir el tránsito del material bélico. El estudio sobre el particular pone también de relieve que más de 180.000 trabajadores italianos fueron llevados a Alemania a través de Suiza. Esos transportes se suspendieron luego de la ocupación de la península en 1943.

El suministro de energía eléctrica representa una de las principales colaboraciones de la economía suiza al Tercer Reich. Las investigaciones en esta área muestran, sin embargo, que la Confederación Helvética rehusó incrementar el abastecimiento a pesar de las crecientes demandas alemanas durante la guerra.

Durante la guerra, Suiza otorgó a Alemania e Italia créditos ‘clearing’ por un total de 1,3 mil millones de francos. En compensación, las empresas suizas podían exportar sin riesgo.

Suiza sirvió también de puente para los bienes culturales procedentes de Alemania y de los territorios ocupados. El reporte respectivo indica no obstante, que Suiza acogió más objetos de arte que sus propietarios legítimos querían salvar (bienes en fuga), que obras robadas por los nazis (bienes espoleados).

Había ciudadanos que al contrarío de la mayoría se resentían la influencia de los refugiados extranjeros, particularmente durante la guerra, que privaba a mucha gente de los menesteres más cotidianos.Además, algunos miembros del Gobierno y otros altos magistrados suizos fueron acusados al menos como derrotistas, a veces incluso de abiertos simpatizantes de los nazis.

En concreto, el jefe de la policía de extranjería, Heinrich Rothmund, fue inculpado de antisemitismo. En 1938 insistió a que las autoridades alemanas introdujeran por fin el notorio timbre con la letra «J» en los pasaportes de los judíos alemanes, lo cual fue admitido por los alemanes que empezaron a dar desde entonces un trato administrativo diferente a los incriminados. El famoso «sello judío» es por tanto una invención suiza. Rothmund sostuvo en varias ocasiones que con esta medida solamente quería impedir que Suiza fuera «inundada» por gente no «asimilable». Al mismo tiempo, rechazó categóricamente el trato que los nazis dieron a la población hebrea.No menos de 30 mil judíos, fueron devueltos a Alemania o se les negó la entrada en 1942, algunos incluso fueron entregados a las autoridades.

Curioso video de la política nazi en caso de que los nazis hubieran ganado la guerra y conquistado Gran Bretaña. (Alude a la política estadounidense actual)
http://www.youtube.com/watch?v=RZWH4mR84eI

Bonito video sobre suiza desde un caza (para algo tenían que servir) http://www.youtube.com/watch?v=4qMRl57t1aU&mode=related&search=

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